jueves, 12 de agosto de 2010

Celebración

LL. que finalmente se equivocó en sus pronósticos futboleros también se alegró de la victoria mundialista, pero con matices que expone de la mano de Sánchez Ferlosio.
A LL. le ha parecido un exceso el gran jolgorio de la celebración. Tiene que ver la opinión con la de Ferlosio, quién afirmaba que la parte desastrosa del Mundial ha sido el desmesurado afán de ganar, lo que sugiere una definición del deporte como actividad que sólo persigue la redundancia de la victoria. También que los héroes hacen aflorar las malas pasiones que mueven las patrias.
El caso es que por la ebullición de ese circo excesivo tantas veces soez se ha podido comprobar que la hiperbólica ostentación no hace si no transformar la celebración en una obscenidad.
A LL. le ha parecido que ciertas escenas, escenarios y escenificaciones han llenado las calles y pantallas de muchos cretinos y que esa autoafirmación colectiva no está lejos de ciertas manifestaciones que llevan el sello de lo totalitario.
Peligroso.

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