Es sabido que las entidades bancarias andan con mil estratagemas para conseguir nuestro ahorro. Lo que produce cierta perplejidad dada la dificultad.
El asalto se produce en cada esquina,por ejemplo al entrar en Carrefour, donde un señor de la banca que parece jefe de planta de El Corte Inglés sale de su stand y te corta el paso con la pregunta retórica de todos los días:¿ahorra Vd caballero?
Después de esquivar la embestida y dado que ese multicentro es larguísimo empiezas a pensar en otro ahorro, en ahorrarte la recomendación del paseo diario de media hora que te hizo el médico pues allí el paseo puede durar más de una hora.
Uno,que es muy torpe en general y en las secciones de limpieza en particular, nunca encuentra el fregasuelos, el "cristasol" o el lavavajillas, lo que supone muchas vueltas a los lineales.
En uno de ellos vi de reojo la chuleta de una señora en la que pude leer tres listados de la compra:Carrefour, Mercadona y Dia.
Ahorrar es fácil si te lo propones.
Ya en la cola de la caja donde los compradores actúan de una forma muy apresurada al introducir la compra en las bolsas, se supone que para ahorrar tiempo y nervios a los que vienen detrás, viene el momento de los cupones de fidelización.Es otro instante de intenso y figurado ahorro.
Y al salir, el señor del ahorro,que no colecciona caras y no recuerda que ya te abordó te volverá a preguntar si eres ahorrador.
Hasta ahora le decía que no,pero estoy pensando charlar un rato en la próxima visita para preguntarle que cabeza pensante ha diseñado su impertinente pregunta.
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