jueves, 10 de junio de 2010

Benidorm


Puntual a la cita del calendario aparecen en la mesa los preparativos de las próximas vacaciones y la elección de los lugares de veraneo. Al instante se puede constatar que algo sucede con esta práctica que, por diversas razones, nos hace fruncir el ceño como si se tratara de la Navidad.
La excepción es S. que como cada año insiste en su su apología de Benidorm, donde pasa unos días cada verano en el apartamento de unos familiares. No los cambiaría por nada del mundo.
Para S. la experiencia es inigualable. Su mujer se marcha al tostadero y él, en la aireada soledad de un piso 14, saca su cuaderno y dibuja su mundo ajeno al mundo, mientras en los fogones crepitan sus sofritos. Sólo se levantará para vigilar la receta y quizás un poco más tarde bajará a remojarse en la tranquila piscina donde bracean unos vascos.
Quizás alguna tarde abandonará el refugio para dar un paseo con la sana intención de saborear los pintxos de la calle de los mismos, donde otros vascos se instalaron para hacer al Levante aún más feliz.
Después de observar el trajín, el bullicio y a los tetrapléjicos escuchará al doblar una esquina el acordeón de los pajaritos y unos metros más la estridencia de un rock duro. Volverá a casa a la hora en la que las luces convierten a" la gran manzana" que tiene a sus pies en un espectáculo que sólo han visto los visitantes de Nueva York. Y más tarde, al otro lado de la terraza, asistirá gratis a los fuegos artificiales de la inclasificable Terra Mítica.
A LL. siempre le fascinan estas vivencias y más aún desde que leyó teorías de sociólogos como Mario Gaviria que han explicado estos fenómenos desde sabios y originales puntos de vista.
Para estos, Benidorm es una ciudad espléndida, un modelo democrático cuya esencia es su totalidad: el sitio igualitario donde tengas la edad que tengas hay un sitio para ti, te guste lo que te guste y a la hora que tu quieras.En Benidorm siempre pasa algo, siempre estas con otros...nunca caminas solo. A no ser que prefieras quedarte a dibujar.

1 comentario:

  1. Y todo aquel que reniega tanto de Benidorm, que tenga mucho cuidado. Puede ser visto, en cualquier momento, con un helado en la mano, de punta en blanco, paseando por la playa de Levante. ¡O incluso por la Avda. del Mediterráneo...!

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