miércoles, 24 de agosto de 2011

Alemania

En el mundo del fútbol había un tiempo en el que jugaban once contra once y siempre ganaba Alemania.
Exactamente lo que parece suceder ahora en el mundo de la economía y las finanzas: juegan muchos pero gana Merkel. Y por goleada.
Con la particular visión del asunto que nos aporta el diario "El Mundo" parece que, según sus titulares de primera página, el acuerdo sobre el gasto que mueve estos días las decisiones de Zapatero y el nuevo consenso es una imposición. En el editorial y en páginas interiores podemos leer que esto ya la proponía Rajoy, un lince para los negocios.
¿Quiere decir que a Rajoy también le dirían lo que hay que hacer o  que Rajoy les diría los alemanes lo que vale un peine?
¿Quiere esto decir que votar Rajoy es votar a Merkel o que votar Merkel es votar Rajoy?
¿Quiere esto decir que nos van a gobernar desde Berlín o podrán hacerlo desde Mallorca?
¿Un jefe de gobierno alemán y un monarca español sería lo más deseable?
Y sobre todo ¿se presentará Merkel a nuestras elecciones?
Es que un debate Merkel/ Rubalcaba  no me lo perdería por nada del mundo.





miércoles, 17 de agosto de 2011

La Residencia

LL. visita con frecuencia una residencia de ancianos, por motivos familiares.
Se llama Artevida, un nombre tan paradójico como prometedor.
Y hay que admitir que se necesita mucho arte,disposición y preparación para mantener viva la llama de la vida durante esa eternidad suspendida en la que vegetan ancianos en el filo del más allá.
El lugar es una especie de NH Geriátrico y no simplemente un cruel orfelinato de la cuarta edad, como algunos centros deplorables que aparecen en televisión en la sección sucesos.
Artevida es un espacio impecable,bien pensado,equipado y atendido y hasta diríase que recomendable si no fuera porque conceptualmente es aterrador.
Lo es desde el primer momento en que descubres a la humanidad desvalida y apeada del mundo.
Sin embargo, dice LL. que, con el tiempo, aprendes a moverte entre estas gentes con toda naturalidad, descubriendo que morirse es lo más natural del mundo y que mejor será recibir los cuidados necesarios con todo el cariño que aquí se dispensa. Tan es así, que un gesto, un abrazo, una sonrisa y un poco de amor ofrecen a los internos quizás la vida y el entramado de relaciones que fuera no tendrían.
A LL. la contemplación del panorama le evoca "La muerte de Virgilio" el excepcional libro de Hermann Brosch sobre los últimos días del poeta,su duermevela y su delirio.
Sobre todo ante algunos durmientes ancianos que, más cerca de la agonía, están instalados en una ensoñación permanente.
Pero no todo es así: muchas personas que pasean por los amplios espacios vivirán muchos años disfrutando de sus naipes,gimnasia,talleres,excursiones, etc.
Es el caso de R. un señor extrañamente recluido pues su estado es más que normal, su espacio personalizado en la decoración y sus gustos refinados.Si paseas cerca de su habitación llegan a tus oídos las notas de un concierto para violín de Beethoven o una sinfonía de Mozart y es que R es un melómano, que pasa horas frente a su equipo de música escuchando a los clásicos.
Los casos son diversos pero el paisaje más penoso, al tiempo que divertido,se contempla en la unidad de Alzheimer, donde conviven el dolor y la alegría y donde se dan momentos tan jocosos y disparatados que pudiera parecer que estamos en el reino de la felicidad.
Allí te encuentras con P. un excelente barítono,que desde la atalaya de su silla de ruedas igual reparte broncas que se canta una jota con toda profesionalidad y con un vozarrón imponente.
V.  siempre se alegra cuando te saluda y enseña su muñeca Hello Kitty  que afirma ha fabricado ella, a lo que añade que te invita a comer y a los toros. A unos metros una compañera elegante y muy dispuesta pregunta una y otra vez por la llegada de su taxi.
Una mujer repite su salmodia: Amparito, Amparito, Dolores, Amparito...
P. la hace callar y la sala tiembla.
El paisaje dadaísta es una continua provocación sin lógica: una señora todavía bella insulta a su cariñoso marido cuando,cada día, acude a verla.Sus razones tendrá podría pensarse, al igual que ante otros monólogos aparentemente absurdos.
Son momentos que te ocultan, por su gracia y comicidad, el carácter grotesco de las situaciones, pero también te hacen reflexionar, ante tanta finitud, acerca de nuestras absurdas quimeras y quejas cotidianas.
Al final, cuando abandonas la sala, escapas de una secuencia de "Alguien voló sobre el nido de cuco", dejando atrás a unos magníficos actores.