jueves, 28 de enero de 2010

Libro

Con ilustraciones de Sergio con textos de Sempere/Lleó ya casi está a punto ese librito "Las Bisagras del Bosque" con el que tanto han disfrutado los autores.
Lo va a editar un maravilloso personaje,el amigo Zuñiga cuyos poemas que se pueden leer en su blog "Tiempo a destiempo", te rasgan el alma con la vibración de lo auténtico y especial.
Pero ahora a LL. le trastorna una reciente lectura del blog de Vila Matas.Trata de la siniestra aventura de la edición,de las miserias del engranaje editorial,asunto de perfiles a veces grotescos que también sufrimos unos en el mundo del arte y otros en el mundo de la publicidad.
No es el caso de nuestro editor,hombre cabal y desinteresado,poeta al fin y al cabo.
El desasosiego de LL. viene de esa hermosa y siniestra aventura que cuenta Vila Matas acerca de Gesualdo Bufalino,escritor oculto cuyo talento dejó asombrado a Leonardo Sciascia, que luchó hasta conseguir que publicara su "Perorata del apestado".
Gesualdo,que rechazaba todo protagonismo, parece que intuyó que publicar le atrapaba en ese mundo del que recientemente ha huído Lobo Antunes.También abandonó Bufalino y regresó al silencio afirmando..."no quiero seguir entre estos miserables".
Vila Matas ha glosado esa vuelta al silencio con hermosas palabras:..."se apartó a ese círculo de los días previstos,retornó a una escritura del sigilo,volvió al sueño de no publicar...a la alegría del inédito.

martes, 19 de enero de 2010

El Mesón


Dicen los de la enciclopedia Wikipedia que mesón es una partícula efímera, una cosa intermedia a mitad de camino entre el electrón y el nucleón, una concurrencia extraordinaria entre las relaciones nucleares. Y aunque parece que no se entiende nada, esto sugiere un evidente parentesco,quizás naturalmente físico, con este Mesón del Parque,el Mesón de Pedro donde vive este diario el rito del desayuno y las liturgias de su gente.Aquí también se da esa una concurrencia extraordinaria, un microcosmos desde el que se podría explicar el universo. Los de Mapfre, los de la Guardia Civil ,Los de la Cruz Roja y los del Samur, las de Cajamadrid, los de Correos y los de la limpieza, los obreros y los artistas, los municipales, los parados y los funcionarios que no paran ,los comerciales y las peluqueras, las secretarias y los estudiantes, las amas de casa y los solitarios.
Desde esa hora triste y canalla del amanecer de la cazalla, hasta el partido de la noche, aquí se suceden todas las celebraciones posibles, incluidas las de sus apreciadas tortillas y tapas, sus familiares menús del día y también las copas de la tarde y el eco de esas horas muertas en las que una mesa, un ventanal y un periódico pueden aparcarte en el silencio.
Este se apagará con el fragor del partido, pues aquí confraternizan no sin guasa e ironía "colchoneros" y "vikingos" más algún callado "culé". Y en el epicentro de todo ello el dinamismo de todo el servicio, afluentes y arterias de Pedro que dirige mientras da ejemplo. Él es un hombre hiperactivo, mordaz y listo, prototípico "atlético" que mueve una tropa muy singular apoyado por su mujer Maria José,tan delgada y afilada como gentil, siempre entre los fogones y los parroquianos prodigando todo tipo de educadas atenciones.Con Enrique y Maria Elena en la polivalente cocina. Con Erun, pura bondad, un Sócrates de las mesas cautivado por la comunicación tecnológica. Dani un madridista amable siempre servicial. Antonio, un abulense que destila serenidad y sensatez. Paco, un esquelético cuya tristeza esconde un cuerpo alegre que atraca en muchos puertos. Todos ellos, que además de "mesones" son el alma del lugar, hacen muy grata la estancia en este regazo acogedor, interclasista y bullicioso que es púlpito y confesionario de una comunidad de protones o electrones,qué más da, que disfrutan de los manjares de la convivencia y el diálogo.
El Mesón es ese tipo de útero que cobija un extraordinario "casting" de la vida, un teatro hecho de grandezas y decadencias,hospedaje y parada sin fonda de un tiempo ganado al frenesí.