Ayer disfruté de un agradable paseo a esa hora crepuscular que todo lo enciende y que, por aquí, nos ofrece cielos de la pintura cortesana.Un buen paseo para que cumpla todos sus cometidos debe provocarte alguna ensoñación, mientras divagas y observas lo que alguna vez has visto pero que nunca habías observado.También puede contemplarse como un deseable paréntesis de tedio rellenado por una mente que añora no se sabe qué, ajena a cualquier pretensión.
Cierto abandono te acompaña e increíblemente descubres que lo que estás haciendo no es tan aburrido.Quizás pienses que la vida es una contingencia inadmisible mientras descubres que hay un jilguero en un árbol balanceándose en una hoja amarilla.
Podrías escribir en ese momento una apología de la monotonía y sentir que el sopor es medicinal.
Y así, al tiempo que construyes un deseable mapa espiritual, te puedes abandonar al sentimiento del arte de la fuga hacia ninguna parte.
Una bisagra muy bien engrasada. Un haiku king size, antídoto para las epidemias del entorno.
ResponderEliminarAhora doy un paseo por las tardes a la hora de la puesta del sol que mejora los colores de las cosas y enseña otras sombras y volúmenes del paisaje.Pero hablando de epidemias no se si será malo para la piel debido a la tormenta solar de estos días que está bombardeando el campo electromagnético de la tierra con chorros de partículas.La NASA le ha puesto nombre "Bad boy" AR1339.
ResponderEliminarHay riesgos para los satélites y sábanas fantasmales de auroras boreales.Y posibles efectos sobre las telecomunicaciones,redes eléctricas y sectores como la banca.El Sol terminará con la crisis...y con todos.