Semana apasionante y de pasión con el país entero empeñado en su particular consagración de la primavera. Celebrando con reverencia e inconsciencia la muerte de cada año y la resurrección consiguiente, mientras la televisión hace recuento de muertos que no volverán al tercer día.
La realidad resulta hiriente si uno se queda en casa y le da por observar los movimientos.
La pasión del señor Cascos por la política, el Via Crucis de Matas, la penitencia de esa procesión de sufridos automovilistas camino del Calvario de la manzanilla o el boquerón, la sonrisa beatífica de la señora Aguirre, los culitos de Benidorm,etc
España nos conmueve en estas fechas,especialmente a los que no nos movemos y disponemos de más tiempo para la oración y para el perdón.
También para darnos un garbeo por la televisión, para comprobar que baratas están las penitencias y qué altura de cometa alcanza el cinismo. Y para enfurruñarnos con la desfatachez de los indulgentes con la rapiña del estado. Perdónalos señor.
Y para asombrarnos con la sucesión de procesiones por los pasillos del juzgado de Palma. El señor Matas, provisional y escasamente crucificado, dejó de aparece por allí, lo que será debido a la seguridad, privada y privatizada todo sea dicho.
Concretamente al vigilante de seguridad que tanto plano chupa en las imágenes que nos ofrecen. El señor Matas, con lo que ha sido y es, pues cobrababa sueldos de todos los lados, debía estar harto de sus empujoncitos y le habrá dicho al juez... líbreme de este pelma y le traeré los millones., que a lo mejor los tengo, no recuerdo donde. Nos referimos claro está a ese vigilante, parece de Prosegur o compañía similar, que acompañaba a la comitiva con su prominente barriga e infame uniforme, poniendo orden donde no hacía falta y sobando las espaldas de unos y otros. Dado que en todas las comparecencias era el mismo, se debe tratar del mejor o más experimentado, pero nosotros si necesitáramos alguna vez ese tipo de servicio no contrataríamos a esa empresa. Hay razones de peso.
A algunos cómo a uno, su infinita y apabullante presencia nos impedía fijarnos en el señor Matas, para a ver si, como resulta habitual, iba vestido y peinado cómo suelen hacerlo sus correligionarios cuando pasean por la ruta de lo penal. Perdónalos señor.
Así que nos quedaremos con la bisutería del grandote.¿ lo han visto ? Iba cargado de esposas, pistolas ,correas, porras, llaveros, placas...realmente emperifollado de seguridad y embutido en pantalones y jersey color caca. Al genio que diseña y viste a estos esforzados también habrá que perdonarle ¿no?
Pues no.
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