S. añade su particular universo de quimeras a esta heterodoxa lista de lo probablemente imposible.
Y libra una divertida batalla contra la obscenidad desde una trinchera donde la mordacidad nos invita a darle unos cuantos sopapos a la realidad.
He aquí lo suyo:
Salir a pasear y descubrir que la gente saluda y se ha vuelto educada.
Que los chandals multicolores sólo se puedan comprar bajo prescripción facultativa.
Que desaparezcan un puñado de organismos de esos llamados culturales.
Leer siempre los mismos libros en un modesto rincón hipotecado, mientras vigila los fogones.
A ver si asfaltan de una vez la carretera que va de Hemelingen a Polonia.
Ir muchas veces a Nueva York para encontrarse con los amigos y vecinos que aquí no ve.
Un poco de salud para poder pagar recibos.
Huir de los gritos, de los "ismos" y de las adulaciones.
Descubrir las trampas de los trileros de toda condición que aparecen en los informativosd,tertulias y debates.
Grabar, pintar y dibujar sin contemplaciones.
Continuará...
Mola. Este S. es la caña.
ResponderEliminarMe fascinan mucho los dos primeros. Yo también lo pienso.