martes, 18 de febrero de 2014

Grandes Superficies


¿Quién no ha sentido el vértigo en la cola de la caja del Hiper cuando todos son prisas y la velocidad de las cajeras supera nuestra capacidad de guardar los alimentos?
Explicaremos el porqué de esta velocidad tan opuesta a la tranquila conversación con el tendero tradicional en la compra relajada y amistosa.
Pero atendamos antes a esa sensación de ser un sospechoso, ya no por tanta cámara y vigilante, si no por la advertencia del cartel, al menos en Carrefour, que te pide, a la hora de pagar, que no dejes nada dentro o bajo del carro.
Cartel que también te sugiere que seas ágil,quizás para acoplarte a la velocidad de la cajera.
Cuenta John Berger en su libro "El Cuaderno de Bento", una pequeña joya que contiene relatos iluminadores, que la obsesión de estas grandes empresas es el robo.Tanto que utilizan compradores falsos para comprobar y poner a prueba la vigilancia de las cajeras.
Ignoro si es general este comportamiento pero la denuncia no se queda ahí. Añade Berger que los empleados pueden ser cacheados,que hay horas de trabajo no remuneradas, que el trabajador debe estar localizable y que no se respetan pausas legales entre turnos.
A eso se añade, según el autor, que las cajeras deberían trabajar a la velocidad de 35 artículos por minuto lo que es imposible por lo que en sus evaluaciones tienen puntos negativos en ese apartado.
A mi me parece que de ser así sería muy grave tanto como un hecho cada vez más frecuente: el control y selección por parte de estas grandes compañías de las cosechas, producción, envasado, etc
bien para sus marcas propias o marcas blancas que crecientemente ganan el pulso a agricultores,ganaderos o fabricantes.
No es de extrañar que esta presión esté dando lugar a nuevos planteamientos en la distribución para hacer llegar los productos directamente del campo al comprador.
Mientras eso llega no estaría mal gastar algún euro de más en el pequeño comercio tan ahogado, a cambio de la amistad, consejos y el trato más humano que puedes recibir a cambio.


viernes, 3 de enero de 2014

Inventario

En una de esas horas muertas del exceso vacacional de la Navidad me dio por bucear en algunos cajones.No es que uno sea demasiado desordenado porque el caos del que voy a hablar crece en toda aquella casa que tenga cajones de sastre,más bien desastre.
Igual todos tenemos algún rasgo de Diógenes pues acumular desperdicios sin sentido alguno es bastante común.
He aquí la teórica basura descubierta:
Una servilleta de aquel restaurante a recordar.
Una diapositiva definitivamente analógica.
Un lazo dorado y dos clips.
Unas gafas de pasta sin patillas.
Dos fichas de parchis verdes y un cubilete amarillo.
Un portaminas sin mina de Micky Mouse.
Un rollo de celo sin celo.
Un rotulador muerto.
Unas llaves que ya no abrirán nada.
Un Faber Catell sin tinta.
Un souvenir de Chicago.
Un pito...
Hasta aquí todo parece no tener sentido pero si te fijas bien son capas arqueológicas que contienen un verdadero diario de los objetos que escriben tu vida: aquel restaurante,aquella partida,aquel viaje...
Un álbum de momentos con su sutil y desordenada memoria.


miércoles, 23 de octubre de 2013

Otoño

Me gusta el Otoño.
Será por cómo se acuesta la luz mientras vuelven a verdear los campos.
Quizás porque se acabaron los toros y charangas o porque ha cesado la algarabía del estío.
De ahí que no me importe lo que parece preocupar al personal en conversaciones recurrentes:
lo horrible que resulta el cambio de horario o que las mañanas sean muy frescas.
El Otoño tiene una cualidad moral que nos rescata del perpetuo verano y más aún si atiendes a las voces de los poetas que lo cantaron: Machado, Juan Ramón, Brines, Benedetti...
Por caminos de Castilla es el tiempo en el que tiemblan hojas de oro y despunta cierta hermosura de la decadencia. Entre páramos con historias bélicas, salpicados de olmos, puedes imaginar un tiempo místico y guerrero mientras percibes que , por fin,  empieza a respirar la tierra.
Entre alamedas doradas y tierra mojada respiras una paz noble teñida por los colores del fuego.
Me gusta el Otoño.



martes, 17 de septiembre de 2013

MALACA

Como hace más de 40 años que visito Málaga con frecuencia, he podido seguir la evolución de la ciudad y de su desarrollo urbanístico, con el placer de descubrir su embellecimiento progresivo,especialmente en el perímetro que encierra la Catedral,el Museo Picasso, la Alcazaba y el Teatro Romano.
Y en esta última visita con la impagable y  fértil compañía de Manuel Corrales,arqueólogo municipal al frente de los trabajos del Teatro y principal conocedor de las diferentes civilizaciones que desde los fenicios han ido enterrando las diferentes capas de la ciudad.
Con Manuel, que destila un apabullante, tímida y elocuente pasión por la historia de Málaga he conocido a fondo su pasado a través de su subsuelo, la vida de aquella culta y  pujante ciudad de la República romana de Augusto.
Malaca,antes la Malaka de los cartagineses, vive con Roma un extraordinario periodo de pujanza comercial y cultural, la ampliación del puerto,eje del posterior desarrollo de la ciudad, y el impulso de su industria conservera y del salazón.
La visita al Teatro la recordaré como una de las tardes más placenteras, embobado con el saber infatigable de Manuel en un recorrido por el graderío, las puertas abobedadas, los pasillos,el frente escénico y con la recreación virtual del monumento y las piezas arqueológicas que permiten entender y conocer la vida de la época.
Pero con la visita no acaba la historia pues con Manuel puedes seguir con lo que vino después e ir saltando de siglo en siglo, de las pujanzas a las calamidades, de las conquistas a las reconquistas.
Seguimos pues paseando el bellisimo conjunto y la amplitud del nuevo espacio urbano que ha destapado una arteria por la que fluye la tarde de los malagueños,siempre empeñados en vivir la calle como si estuviéramos en Semana Santa.
Pasamos junto al obelisco del General Torrijos en la Plaza de la Merced y recordamos con el símbolo de la lucha contra la tiranía el carácter levantisco  de la ciudad y su contribución al éxito del liberalismo. Le toca el turno al entramado árabe y  a la muralla, a las calles de la siguiente época y finalmente al refrigerio acompañado de Garum, esa crema,aliño y salsa de la cocina del imperio,receta lógicamente renovada pero fiel a su base de pescado fermentado,vinagre,aceite,etc.
Toda Málaga parece desfilar por esta tarde de suave brisa,quizás ajena a lo que algún día podrá transformar su presente: la historia interminable de destrucción y creación.
Quizás ya estamos en esa época pues se puede observar una irrealidad manifiesta: el desarrollo inmobiliario, el turismo y el verano,con su vulgaridad colorista, borran muchas claves de la identidad primigenia que en parte queda a salvo con el esfuerzo de gente como Manuel.
Hoy la identidad es, en parte, un apasionado culto a la Semana Santa,convenientemente aprovechado por la autoridad política y religiosa, que estimula un evidente chovinismo de Hermandad y que marca cierto carácter de la ciudad, eso sí con el conveniente sesgo lúdico y pagano que aquí lo impregna todo para hacerte feliz.
Málaga exhibe pues sus contrastes con naturalidad, muestra con alegría que es subsidiaria de sus tradiciones y reserva la ostentación a sus vírgenes.
 Pero todo es tan reciente y tan joven que, en esta tarde de siglos, puede vislumbrarse que ciertamente este mundo quedará cubierto en el futuro por una nueva capa. Por otros siglos.
Gracias Manuel.

lunes, 5 de agosto de 2013

HOY

Hoy el cielo es brillante. Azul inmaculado.
Es una mañana todavía amable que quisiera pasear.
No puedo.
Me inmoviliza el cobijo del tilo y unas sombras afiladas.
Dar de comer al perro que se huele la tostada.
Aceite de Oliva y humo de Marlboro.
Pan para los gorriones.
Una elegante mariposa y un balón parado que está pidiendo una patada.
Brisa que hincha las cortinas como velas.
Pensamientos que no van  ningún lado: dejar de escribir.
Hay por ahí una cotorra enfadada.
Y un lagarto muy veloz.
HTA 140-81.
Nada que hacer.
Quizás leer a Benjamín Black.
Aprovechar el fresco.
Fragancia de tomates.
No se oye nada.

miércoles, 31 de julio de 2013

Hipertensión

lunes, 29 de julio de 2013

DESCARRILAR

Me pilló el espeluznante accidente de Santiago reflexionando acerca de la "Marca España".
Más concretamente sobre ese señor que insultó a los catalanes desde su cargo en el organismo.
Cierto es que pidió perdón y que perdió su cargo, pero no nos engañemos: son demasiados los que piensan como él.
Puedo imaginar algún colega dando palmadas en la espalda y diciendo..."lo siento yo estoy de acuerdo con lo que has dicho".
Seguro que estaría de acuerdo el mismo Presidente del Constitucional que también, hace un tiempo, arremetió contra los catalanes a los que considera una pesadilla.
 Los insultos son habituales y los puedes escuchar en una cena con amigos o en la barra de un bar.Sí en ese bar están televisando un Madrid contra el Barcelona los"piropos" y la obscenidad del pensamiento casposo es alarmante. Será que España marca.
Será que somos un país con mala educación, un país con demasiados maleducados. Demasiado manipulados. De eso sabe mucho el señor Mas.
Mientras los hinchas nacionalistas de todas las marcas que hay en España, "Marca España incluida, están ocupados repitiendo consignas y soflamas, los aforados y los condenados de la rapiña sonríen cuando son exculpados o indultados. Normal, los que tienen que juzgar son elegidos por los que serán juzgados.Eso es "Marca España".
Una marca que descarrila y aún más con el impacto brutal de ese accidente, metáfora sangrienta del descarrilamiento general.
Los políticos que han ido acudiendo al paseo, a las condolencias y a los entierros iban acompañados de sus séquitos y escoltas. Son los maquinistas de España.
El maquinista del tren creo que iba solo.
El país necesita nuevos maquinistas.